"El
éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de
constancia, de método y de organización."
Jean Pierre Sergent
Hay
algunas personas que parece que han nacido con estrella. Son esas personas que
cada cosa que tocan la convierten en un éxito, como por arte de magia. Personas
que son capaces de tener ideas y poner en marcha cosas que al común de los
mortales nunca se les ocurrirían ni tendrían el arrojo suficiente para
lanzarlas.
Las
personas que les escuchan suelen considerarles de otra galaxia, como si su vida
fuera simplemente el resultado de una alineación planetaria que les hubiera
otorgado un don mágico: el del éxito. Son un ejemplo de éxito, sin duda, pero
su grandeza es tal que la mayoría de los que les rodean se amparan en ese algo alquímico
para justificar que sólo ellos sean capaces de tales proezas.
He
tenido la gran fortuna de conocer y compartir mucho tiempo al lado de algunas
personas así, y digo la fortuna de conocerles, porque cuando se les conoce de
verdad, cuando estás cerca, cuando trabajas con ellos en el día a día, te das
cuenta de que el éxito no viene precisamente de la magia.
El
éxito, en realidad, les viene de su esfuerzo, de su incansable lucha por crear,
por aportar cosas nuevas y valiosas a la sociedad. Les viene de observar, de
formarse e informarse minuciosamente sobre los detalles más pequeños de los
entornos en los que se quieren mover. Les viene de dedicar gran parte de su
vida a hacer realidad sus sueños, dejando muchas veces de lado las
satisfacciones más inmediatas, para disfrutar del trabajo bien hecho y de los
retos conseguidos en el largo plazo.
Las
personas así que yo conozco son auténticos ejemplos del esfuerzo personal,
pero también son ejemplos de coraje en la toma de decisiones complicadas. De la
valentía de afrontar los momentos malos de la vida como oportunidades de
crecimiento. Son personas resilientes, que pueden caer, pero tardan poco en
levantar el vuelo, aun con más fuerza si cabe. Son personas que escuchan a los demás,
que nunca se creen en posesión de la verdad, porque la humildad es lo que
precisamente les permite estar en un continuo proceso de aprendizaje, y esto es,
además, una parte importante de la clave del éxito cuando llega la ocasión.
Ya
he comentado en otros posts que, para mí, la buena suerte es solo una mezcla de
preparación y oportunidad, y es por lo que muchas veces a estas personas “con
estrella” se les dice que tienen “mucha suerte”, cuando en realidad, más que
esta explicación gratuita y totalmente condescendiente para con el que lo dice,
lo que deberían de decir de ellos es que nunca dejan de prepararse ni nunca
dejan pasar una oportunidad por delante, sin intentar al menos hacer todo lo
posible por aprovecharla. Y sobre todo, que tienen una pasión desbordante para dejarse la piel en hacer realidad aquello en lo que creen.
Desde
aquí les doy las gracias a todos ellos por enseñarme que las estrellas no están
sólo en los libros de magia.
Nica.
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