No ser amado es una
simple desventura,
la verdadera desgracia
es no saber amar.
Albert Camús
Disculpa
que, sin proponérmelo, piense en ti varias veces al día. Que me imagine qué
estarás haciendo, qué pensarás y qué cosas te estarán haciendo reír en cada
instante. Que me pregunte si te apetecerá verme, tanto como a mí me apetece
verte a ti y disfrutar del tiempo contigo.
Disculpa
que no sea capaz de mirar el reloj cuando estoy a tu lado y que me obsesione
viendo pasar los minutos lentamente cuando te tengo lejos. Que el tiempo se
convierta en infinito cuando te puedo abrazar y mirarte a los ojos.
Disculpa
que me ría sin contención con tus ocurrencias, con tus chistes ingeniosos y tu
todavía insultante inocencia. Que no pueda evitar sonreírme cuando te veo aparecer
y sentirme triste cuando sé que, irremediablemente, me tengo que separar de tu
lado.
Disculpa
por las veces que la pasión por estar contigo me hace perder la cordura y hacer
tonterías, en un intento de mantenerme unida a lo que tanto amo. Y disculpa que
me entrometa en tu mundo y quiera formar parte irrenunciable de él, desde hace
ya mucho tiempo.
Disculpa
todas esas cosas que no esperabas de mí, pero que aceptas sin protestar
demasiado, sólo porque sabes que el amor
es la fuente de inspiración que me guía. Disculpa pero...te quiero. Y sólo
cuando se quiere de verdad lo mundano pasa a ser secundario, lo racional se
subordina ante el sentimiento y el mundo deja de fluir a tu alrededor, para
fluir tú embriagando al mundo. Lo más normal de lo que cada día acontece en tu
vida, te hace sonreír y lo verdaderamente importante lo llevas dentro, formando
parte irrenunciable de eso que tan feliz te hace cada día.
Si tú
también amas o alguna vez amaste de verdad, sabrás bien de que te hablo.
Entenderás el por qué de tu cabeza confundida, de tu miedo a la pérdida, del
sacrificio voluntario por hacerle al otro más feliz aún que tú. Comprenderás
esas inesperadas reacciones tuyas, sólo explicadas por un sentimiento que te
supera y te emborracha, sin que puedas contener ni un ápice de tu adicción. Y
sabrás por fin que hay algo muy superior a todo lo que antes conociste y a lo
que conocerás después, algo que ya nunca podrá salir de tu vida ni de tu
corazón y que será, definitivamente, de esas pocas cosas eternas que habrás
vivido a pesar de lo inevitablemente efímero de la propia vida.
Disculpa
pero... Te quiero.
Nica
No hay comentarios:
Publicar un comentario