Durante años me ha
irritado especialmente presenciar situaciones de abuso de poder, situaciones
donde al débil, al más pobre o al más frágil se le oprime vulnerando los
pilares más básicos del respeto. En esas ocasiones, era como si se encendiera en
mí un piloto automático y una especie de fuerza interior me “obligara” a actuar
tratando de equilibrar la situación, en la medida en que me era posible. Pasado
un tiempo, comprendí que lo que realmente me movía a actuar de esa forma, tan
profundamente firme y a veces incluso arriesgada, eran mis valores.
Cada
persona es un mundo, reza el dicho y nuestros valores no son una excepción a
esto. Las elecciones y la forma en que priorizamos nuestros deseos, nuestros
objetivos, nuestros retos, no es ni mucho menos al azar ni por casualidad,
depende de cada individuo, de su realidad y de sus vivencias personales y tiene
además una enorme vinculación con las emociones y los sentimientos, en mucha
mayor medida que con la razón.
El ejemplo que para nosotros
representan las personas que hemos ido admirando a lo largo de nuestra vida, se
adhiere a nuestro ser y conforma el embrión de nuestros valores. Esos valores
son los que, de verdad, nos sirven de brújula cuando llega el momento de actuar
por convicción ante cualquier situación, ya sea de forma consciente o
inconsciente. Y son también los que más nos orientan en la búsqueda de nuestros
auténticos objetivos en la vida.
Los valores son la base para
vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Decidimos actuar de
una manera y no de otra en base a lo que es importante para nosotros como
valor. Decidimos creer en eso y apreciarlo de forma especial y es gracias a
ello como guiamos nuestros comportamientos.
Es importante conocer cuáles
son tus valores. Seguramente te ayudará a ello preguntarte qué es realmente importante para ti en relación con algún objetivo
que te hayas planteado, o bien, qué te aportará de verdad conseguirlo. Al
conocer tus valores podrás comprender mejor cómo comportarte y generar una motivación
interior que te impulse con fuerza para conseguir lo que anhelas, sintiendo
autentica satisfacción con ello.
Recuerda que no vale conseguir
las cosas a cualquier precio, si lo haces yendo en contra de tus principios más
esenciales, podrás haber alcanzado un objetivo pero eso no te dará la verdadera
felicidad.
“Intenta no volverte un hombre de éxito, sino un hombre con
valores"
Albert Einstein
No hay comentarios:
Publicar un comentario